En la actualidad, muchas mujeres deciden retrasar la maternidad por motivos personales, laborales o familiares. Sin embargo, hay que tener en cuenta que a partir de los 35 años la fertilidad femenina disminuye ya que la cantidad y la calidad de los ovocitos decrecen.
También nos encontramos cada vez con mayor frecuencia mujeres jóvenes a las que se les diagnostica algún tipo de cáncer y que, tras someterse a los tratamientos de quimioterapia o radioterapia, van a encontrarse con problemas de infertilidad derivados del tratamiento oncológico.
Disponemos de un programa de preservación de la fertilidad femenina gracias a la vitrificación de ovocito.
Se empieza el tratamiento con la estimulación ovárica, donde se utilizan una serie de hormonas semejantes a las que produce la propia mujer (gonadotropinas). El objetivo es conseguir el desarrollo de varios folículos para obtener numerosos óvulos y así aumentar las probabilidades de éxito. La estimulación se controla periódicamente mediante ecografías y analíticas de sangre.
Una vez varios folículos han alcanzado el tamaño adecuado (18 mm de diámetro) se administra la hormona hCG para desencadenar la maduración final de los óvulos, la cual se producirá 34-36 horas después y que es cuando se realizará la punción folicular. Bajo sedación, el especialista en fertilidad extrae los óvulos maduros mediante punción folicular y vía vaginal. La recuperación de los óvulos es un procedimiento mínimamente invasivo que normalmente tiene una duración de menos de 15-20 minutos. Generalmente, las pacientes pueden reanudar su actividad normal al día siguiente.
Cuando la mujer desee utilizar sus óvulos criopreservados, se programará la estimulación endometrial previa a su descongelación. En el momento que inicie a menstruar la paciente, comenzará un tratamiento de estrógenos, a dosis crecientes, para conseguir el grosor endometrial adecuado, que será valorado mediante ecografía vaginal
Una vez crecido el endometrio de la paciente, podrá realizarse la desvitrificación de los óvulos para su fecundación in vitro. Los óvulos de la paciente permanecen criopreservados mediante un proceso de vitrificación y almacenados en tanques adecuados que contienen nitrógeno líquido y que los mantiene a temperaturas de -196ºC. Para su descongelación, se pasan a una temperatura corporal de 37ºC.
Una vez descongelados los ovocitos, se prepararán los espermatozoides de la pareja o de un donante anónimo perteneciente a un banco de semen, lo que se conoce como capacitación seminal.
La muestra de semen es seleccionada en el laboratorio mediante técnicas de lavado, donde se escogerán aquellos espermatozoides con mayor movilidad.
Nuestro equipo decidirá, según los antecedentes y características de la paciente, qué técnica de alta complejidad (FIV o ICSI) es la más apropiada.
Mediante el FIV convencional, los ovocitos recuperados y los espermatozoides capacitados se ponen en contacto en una placa de laboratorio, y se espera que uno de ellos consiga fecundar al ovocito de manera autónoma.
Mediante el ICSI (microinyección intracitoplasmática de espermatozoides), el embriólogo introduce un espermatozoide seleccionado entre la muestra se semen en el interior de cada ovocito con la ayuda de un micromanipulador y una microaguja, de manera directa en el laboratorio.
Al día siguiente de la inseminación, se observa la fecundación de los ovocitos. Aquellos que hayan sido fecundados de manera correcta se mantendrán en el laboratorio en observación durante varios días (entre 2 y 5 días).
Día a día se irá viendo como los embriones se van dividiendo y va aumentando su número de células
Los embriones resultantes que tengan las características morfológicas adecuadas serán los que se transfieran al útero materno. Los embriones sobrantes serán criopreservados.
El biólogo de la reproducción utilizará un pequeño catéter para guiar a los embriones a través del cuello del útero y depositarlos en éste. El procedimiento de la transferencia embrionaria dura pocos minutos y el tiempo de recuperación de la paciente es mínimo. Para facilitar la implantación del embrión se administra progesterona vía vaginal para dar un soporte a la fase lútea.
Normalmente los embriones se congelan en día 5 de desarrollo embrionario, por lo que la prueba de embarazo se realizará mediante un análisis de sangre 12 a 14 días después de la transferencia embrionaria.
Si la paciente sufre pérdidas de sangre antes de realizarse el test es importante que nunca abandone la medicación y que se ponga en contacto con el equipo médico para que la asesore.
Durante todo el tratamiento, su asistente personal estará disponible en todo momento para poder resolverle las dudas que pudiese tener y apoyarla en este momento tan especial.
Hospital Aqua Consultorio A102 Av. Costera Miguel Alemán #2112 Fraccionamiento Condesa, C.P. 39690, Acapulco, Guerrero.
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